“Quienes aman abren el ojo que ve lo invisible, los demás mueren sordos y ciegos”. Rumi
En las familias narcisistas los roles son rígidos y los
asigna, por lo general, el padre/madre narcisista, en acuerdo con el cónyuge
dependiente. Como si de un director de teatro o cine se tratara, entrega los
papeles a los actores (sus hijos).
Uno de estos papales (además del niño dorado y el chivo expiatorio) es el del niño perdido o invisible. Como su nombre lo dice, es
tratado como si no existiera, no es visto, es ignorado. Aprenderá que entre
menos se haga notar, mejor, no planteará demandas, estará mucho tiempo en
soledad alejándose de los problemas familiares, en ocasiones literalmente no
hará ruido, estará al margen de la familia. Podría parecer que no es tan
afectado como el chivo expiatorio, pero, así como el niño dorado, es solo otra
forma de abuso, en este caso, de abandono emocional.
¿Cuál es su objetivo?
En la familia será conocido como el hijo más tranquilo. Aquí
está parte del objetivo de su rol, ante su aislamiento y poca o nula
interacción con otras personas, al negar sus propias necesidades, los padres
podrían pensar y decir que las cosas van bien en su vida, eso significa que la
familia está bien. Por su puesto, nada más alejado de la realidad.
¿Qué otras características presentan?
Como ya se mencionó, básicamente evita el contacto con otras
personas, son personas solitarias, tímidas e introvertidas, no solo en el
contexto familiar, también externamente, como en la escuela y/o vecindario,
careciendo de habilidades sociales tales como la comunicación, por lo que
tienen pocos amigos, si es que tienen, o se les dificulta mucho hacerlos. A
pesar de que quieren demasiado, carecen de intimidad física y emocional, hay un
miedo a la intimidad, sienten que no tienen un lugar en el mundo.
Para lidiar (evadir) su realidad, realizan actividades en
solitario, comúnmente el estudio, jugar solos (por ejemplo, con videojuegos),
la televisión, la lectura o simplemente soñar despiertos.
Pueden presentar
anhedonia, es decir, dificultades para sentir sus propias emociones,
incluso cuando les pasa algo bueno, les es complicado sentirse alegres. Además,
es común que sacrifiquen sus necesidades por otras personas, son
incondicionales, casi siempre están disponibles. Y también, conflictos en la
autoestima, recibieron poco apoyo y amor.
¿Qué pasa de adultos?
El niño perdido o invisible, simplemente cambia su disfraz,
sigue siendo tímido, les cuesta trabajo hacer contacto físico y crear vínculos
profundos con otras personas. Generalmente se sienten incomprendidos, tristes o
enojados, impotentes ante sus dificultades para desenvolverse en las
actividades sociales.
En sus relaciones buscan esa atención que no fue ofrecida en
su infancia, y si no se cumple esa expectativa, se sienten insatisfechos.
Existe algo llamado culpa de omnipotencia, que no es otra
cosa más que la creencia de que tienen el conocimiento y habilidad de hacer
cualquier cosa (y puede ser que sí) y se sienten culpables porque no pueden. En
el caso del niño perdido, que generalmente es muy consciente, esta culpa está
presente, puesto que sienten que pueden ayudar a mejorar a su familia, pero no
lo logran, simplemente porque, la familia no está preparada o, no quiere.
¿Qué pueden hacer?
Como otra de sus características es que son muy creativos, se sugiere, además de la psicoterapia, que busquen actividades artísticas donde se puedan expresar, el teatro o el cine, por ejemplo, manifestando sus emociones y pensamientos a través de otros personajes.
Para terminar esta serie sobre los hijos de padres
narcisistas, es importante mencionar que estos roles pueden ir cambiando,
dependiendo del momento del ciclo vital en que se encuentre la familia, las
crisis, las diferentes necesidades narcisistas que se presenten, etc. Por
ejemplo, si en determinado momento el niño dorado fracasa, pasará a la
categoría de chivo expiatorio, o, como se mencionó en la anterior entrada, si
el chivo expiatorio sale de la familia, otro integrante puede tomar su lugar
para recuperar la homeostasis familiar. Sin embargo, para cada hijo hay un rol
que predominó la mayor parte del tiempo, si te identificas con alguno de ellos,
ya diste el primer paso, y es importante trabajarlo, ¿cómo?, quizá dándote el
permiso de hacer lo contrario al papel que se te fue asignado, por ejemplo,
niño dorado: equivocarte, chivo expiatorio: defenderte, niño perdido: manifestar
tus demandas.
Referencias
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