Las reglas familiares se convierten en una especie de hechizo que nos ponen en un estado de trance que puede ser muy difícil de romper. Este pasa de generación en generación, como si se tratara de cumplir con una lealtad secreta familiar, de la cual casi nadie se atreve a hablar, pero estas determinan en gran medida que creemos y que hacemos en nuestra vida. Las reglas abusivas causan una herida interior que nos separa de los demás y sobre todo de nosotros mismos. Nos da vergüenza ser quienes realmente somos, tratamos de ser alguien más para “encajar” en esas expectativas y reglas caducas, que quizá funcionaron en otro momento, pero el mundo ahora es diferente, nosotros somos distintos. ¿Cómo surge esa vergüenza? Al no reafirmar las emociones de los hijos, no cubrir las necesidades de dependencia (somos los seres más dependientes que existen, necesitamos de alguien más para poder sobrevivir y poder desarrollarnos adecuadamente, necesitamos ser estimulados), abusando física,...
Este blog puede ser de interés para estudiantes o personas que gusten de la psicología, y, ¿por qué no?, quizá para quien quiera una semilla de conocimiento para utilizar ante alguna situación que se le presente en la vida.